julio 28, 2010

Música clásica


Lo clásico es fascinante porque tiene sabor a eternidad. Cualquier ejemplo de obra clásica sirve para develar la esencia de esa categoría (La pirámide de Jufu, El Quijote). Pero, las obras clásicas que me conmueven personalmente me facilitan más la demostración. Mi libro favorito no puede ser más clásico: La Odisea. Mi película favorita la volveré a ver muchas veces más y siempre será nueva: Los Pájaros. Son obras más viejas que yo. Su contexto me es totalmente extraño: ¿qué sé yo de navegar el Mediterráneo sin GPS ni radar? ¿qué me puede interesar la vida sin luz eléctrica ni Internet? y la realidad rural de los Estados Unidos de la Guerra Fría no sólo me es extraña, sino que la detesto. Desde ya puede verse que lo clásico no está en el carácter histórico de una obra, sino en algo que, sin importar el contexto, le habla al ser humano de épocas futuras.

Hay mucha música que logra también ese efecto, alguna muy antigua, pero, aquí estamos interesados en música más nueva. Música de este mismo año va a llegar a ser clásica cuando pase la prueba del tiempo. Pero, el día de hoy quiero concentrarme en la música que le dio origen al rock: el rocanról, o Rock 'n' Roll. Es que más o menos con The Who (la rola My Generation y otras) lo que había sido el rocanról se transformó en rock. La diferencia: el rocanról era una música que hablaba de baile, sensualidad y sexualidad. Bastante insulso y superficial para mi gusto. Se comprende: eran gringos. Pero, la participación de los británicos en ese género fue sumándole poco a poco un elemento nuevo al rocanról: la furia. Esa nueva emoción musical le dio ideología al rocanról y lo transformó en rock. Después, con dosis cada vez más elevadas de furia (y de ideología), surgió el Heavy Metal (también en la Gran Bretaña).

La época antes de The Who, con todo y lo superficial, tiene lo suyo. Dejó algunas rolas clásicas que es un placer escuchar. Elvis Presley casi en su totalidad hacía covers de canciones de rocanroleros negros. Pero, lo que tenía Elvis, además de ser blanco y así ser más popular entre los de su raza, era una voz sin las vibraciones ríspidas de los rocanroleros que lo precedieron (Muddy Waters, Little Richard). La voz de Elvis era líquida. Bob Dylan tiene muchos admiradores. Compuso muy buenas rolas, pero, por Dios, tenía una voz nasal horrible. En mi humilde opinión, Dylan es admirable como compositor, pero no como cantante. The Animals, una banda británica, hizo una versión rockera de House of the Raising Sun, compuesta originalmente por Dylan en su época folkie. Todavía causa un gran placer escuchar ese cover (por supuesto, más que el original). Desde luego, hay que recordar a The Beatles: medio fresones, pero, tenían lo suyo. Contemporáneo de The Beatles y superior a ellos considero que fue Cream. Admitamos que Diana Ross no era rocanrolera. Cantaba soul. Pero, el soul está lo suficientemente relacionado con el rocanról y ella tenía una voz aterciopelada que por todo eso merece ser incluida entre los clásicos. The Rolling Stones, no tan fresones como The Beatles, dejaron (I Can't Get No) Satisfaction, que, según la leyenda, compuso Keith Richards dormido (o sea, sonámbulo). Uno no recuerda sus sueños, por eso, Richards, así sonámbulo y todo, hasta prendió la grabadora. Démosle el beneficio de la duda. Lo importante es que la rola es buena. Por último, mencionaré In-A-Gadda-Da-Vida, con sus 17 minutos, precursora del Heavy Metal. Iba a llamarse In the Garden of Eden, pero, porque alguien dijo mal el título o alguien lo escuchó mal, se quedó como está.

Por cierto, The Beatles comenzaron a tocar en The Cavern, un lugar que era casi literalmente una caverna (ver foto), una cueva de ladrones de mala muerte.

Para terminar, una nota al margen: comencé muy romántico este post, muy kantiano (en el sentido de que Emmanuel Kant pensaba que la belleza es universal, independiente de las opiniones, un absoluto pues). Pero, hay que reconocer que Kant estaba equivocado. Por supuesto que hay un poder humano que decide lo que es bello y lo que no es y, también, lo que es clásico y lo que no es. Pero, eso no contradice mi enunciado de que lo clásico tiene algo que trasciende su propia época. Solamente aclara que ese algo no es absoluto.

De despedida: un romance del siglo XV, verdadero clásico de la poesía en lengua española


1 comentario:

  1. Gracias maestro, me regalo un gran momento cultural en estos momentos de estrés escolar, sobre todo con el video,comparto el gusto por lo clásico.

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